Hablar del error,
de la mañana que llueve. De si el sol ya no aparecerá
hasta marzo.
Hablar del olvido. De este calor tan ínfimo, tan delgado, débil;
del día poco elocuente.
De los ojos de los otros.
Del que hace negocio con los paraguas.
Y de los coches en la oscuridad y sus faros; de los conejos que cruzan autopistas.
De la luz cuando no se ve nada y de este silencio tan sobrecogedor que me abraza con aliento de invierno.
Que tirito
no de miedo.
Si me alejo
de este aquí.
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