Un sujeto hastiado,
casi revolucionario,
que enciende la televisión
y se acomoda.
Qué nos queda entonces
si esperamos el todo del resto.
En la cara de la juventud, el desánimo;
en el rostro de la calle,
la quietud.
Los tiempos cambian.
Ideas sin efecto.
Intenciones sin ideas.
Conformes con lo que hay
rogando por un mañana similar.
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