Hoy he estado echándole un vistazo a la serie producida por Amazon Prime Video Upload y he de decir que está bastante bien, quizá más por el trasfondo que por el argumento en sí. No obstante, los episodios dan para pensar largo y tendido. Básicamente trata sobre un futuro en el que las personas pueden «descargarse» antes de morir y vivir eternamente en paraísos virtuales.

En la serie se hace una constante referencia al mundo real y a lo que evidentemente no lo es, pero muchos de los personajes parecen no captar las diferencias. Puede parecernos un mundo distópico o utópico, depende quién lo vea, pero no es más que la proyección del presente sobre el que estamos trabajando. El mundo virtual ya es cotidiano y mucha gente pasa más tiempo dentro de ese mundo que en el resto de lugares. Es algo sobre lo que he pensado bastante; y es que puede que ese mundo nos ofrezca cosas que no encontramos en nuestra realidad cotidiana. Satisfacemos las necesidades con productos irreales.

La vida, por pura definición, está para ser vivida. Eso es lo primero, y de esa consecuencia derivan todos los problemas siguientes. Sin embargo, si algo está claro se podría clasificar como evidente y es evidente que la vida es algo real. Vivimos y punto. Lo de por y para qué viene después y trae muchas implicaciones importantes y absurdas a la vez. Vivir significa estar vivo, continuar con los tuyos y hacer cosas, como respirar, por ejemplo.

Lo que nos sucede es que no nos damos cuenta de todas las implicaciones de este verbo primordial hasta que paramos a pensarlo fríamente. Somos vida y luego más cosas. Cada uno hace lo que buenamente puede o quiere con la suya, aunque es cierto que las personas buenas tienden a pensar que todos son como ellos cuando el número de cabrones y sinvergüenzas aumenta exponencialmente a medida que pasa el tiempo. Supongo que con la edad se aprenderá a desechar todo lo inservible y quedarse sólo con lo útil y bueno por naturaleza, o como mínimo a verlo venir.

Es verdad que vivimos entre idiotas y personas con mal fondo, pero ¿por qué debería alterar este hecho nuestra naturaleza? Es cierto que esto es muy de Marco Aurelio, lo reconozco, no obstante, creo que hay mucha razón en ello. Si algo está ahí es porque tiene que estar y punto. No se puede saber el camino si antes no se ha andado sobre él. Y como nunca pisamos sobre seguro, a las personas buenas les pasan cosas malas.

Debemos reconocer la proeza de la vida como un hecho comprobado. De ahí en adelante ya pensaremos lo que surja, pero vivamos y tratemos de hacerlo bien.