Se dice que ya hemos pasado el famoso pico de la curva. No sé si será verdad, pero como ya comenté ayer, no nos queda más remedio que creer lo que se está diciendo de manera oficial. De este modo, los datos son halagadores y algo tranqulizadores, pero no deben servir para hacer bajar la guardia.
Hay lugar, aunque siempre ha estado ahí, para la esperanza. No obstante, que las cifras hayan mejorado no significa que la sociedad deba o pueda olvidar de golpe y porrazo lo que esta crisis significa y está por significar. Escuchaba la pasada noche a un médico de urgencias decir que si en España tuviéramos una base de datos sanitaria común a nivel nacional, muchos problemas se resolverían antes de tiempo. Desconocía por completo este dato, pero sirve para poner en relieve la deficiente gestión y competencia de las autonomías. España no es un estado federado ni pretende, por mucho que algunos quieran, serlo; España es un país formado por 17 comunidades autónomas que parecen ser completamente independientes las unas de las otras. En qué cabeza cabe que no exista un registro informatizado a nivel nacional de los historiales de los pacientes atendidos en hospitales españoles. La verdad es que no tiene lógica alguna pues si la Comunidad de Madrid y Cataluña, por poner un ejemplo, se hubieran coordinado mejor, lo mismo se hubiera avanzado más y con paso más firme hacia unos tratamientos eficaces o una posible vacuna.
Entramos, según lo que comentaba el señor Simón, en una “fase de estabilización”. Esto debe significar que tanto los contagios como las muertes se irán reduciendo progresivamente. Los fallecidos en el día de hoy ascienden hasta los 510, un número significativamente menor que el de la pasada semana. La meseta de la epidemia parece haber llegado. Entramos pues en una fase de incertidumbre, una más en esta vorágine de descontrol y desinformación. A partir del lunes, volverán a su puesto de trabajo miles de personas que desempeñaban trabajos no esenciales. El confinamiento ya se ha extendido hasta finales de abril, pero parece que Pedro Sánchez ha dejado claro que se prorrogará como mínimo otra quincena más. Así, y siendo bastante optimistas, el pausado y soñado retorno a una cierta normalidad llegará a partir de la segunda mitad de mayo.
Hoy es día para ser algo optimistas por lo que no voy a evidenciar el analfabetismo funcional de muchos de nuestros gobernantes al afirmar que según un estudio de la Universidad de Oxford, España es el país que mejor ha actuado; eso ya para otro artículo.
Entramos en fin de semana y eso quiere decir que la cifra de fallecidos bajará aún más y muchos expertos afirman que el llamado “efecto fin de semana” se ha adelantado al haber puente por Semana Santa. Según los expertos, habrá que esperar hasta el miércoles de la próxima semana para observar la verdadera evolución de la pandemia. Lo que es seguro es que la cosa va a mejor y lo peor, cruzamos los dedos de manos y pies, parece haber pasado.
Hoy es día para sentarse a leer un buen clásico de aventuras o disfrutar de una película que nos consiga arrancar de nuestro sillón desgastado por el uso. Disfruten e intenten ser felices.
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